Muchas veces
buscamos varias maneras de bajar o conservar el peso corporal pero en el intento terminamos gastando mucho dinero en
dicho propósito. Buscamos gimnasios, dietas de famosos, cremas adelgazantes,
maquinas mágicas y muchas más cosas que
terminan siendo olvidadas o guardadas en los closets y cuartos de san alejo de las casas.
pero la verdad de todo esto es que lo primero que hay que hacer es, como dice mi esposa, aprender a conocer su propio cuerpo; porque recuerden que todas las contexturas físicas no son iguales. ¿Y por qué les digo esto? Porque cuando uno va a un medico, el medico lo primero que saca es una tabla de valores estándar para todos pero nunca miran exhaustivamente nuestras historia física o corporal .Por ejemplo mi caso el día que fui a la nutricionista; me sorprendí porque mientras esperaba el llamado del medico me di cuenta de que otras 4 personas (mujeres ) tenían el mismo horario que yo; tan es así que la cita fue en grupo y entre todos los que llegamos a la cita sumábamos como 364 años. Yo tengo 46 y era el menor como por 15 año de diferencia, así que solo imagínense la edad de las otras 4 señoras. Por otro lado, fíjense que tan bueno puede ser el concepto de un médico donde todo lo que terminaron diciéndonos a todos fue no coma esto, ni aquello, haga ejercicios, lo mismo para todos, sin importar edad, sexo, costumbres, posibles pre-condiciones, sin indagar o realizar un estudio del estado físico de los pacientes.
Lo mismo suele suceder cuando las personas van a un gimnasio a tratar de adelgazar sin saber mas afondo sobre el cliente; ojo usted es un cliente = dinero para ellos.
Además recuerde que las diferentes dietas que encontramos en las revistas no se ajustan a la idiosincrasia de nuestro país puesto que nosotros no somos ni norte americanos o europeos, Nosotros no somos Natalie Portman, Anne Hathaway,angelina jolie o Brad Pitt, ni tenemos entrenadores y nutricionistas personales; escasamente pagamos la cuota de un gimnasio donde no volvemos después de la 3 clase porque no tenemos tiempo.
Por esto llegue a un punto: lo que uno no hace para uno
pues nadie lo hará (cosa que vive recordándome mi querida consorte) y con
la firme intención de durarle muchos
años más a mi familia ya hace un tiempo comencé a cuidarme. Lo primero que se
hizo fue cambiar el tamaño de los platos donde se sirven los alimentos en casa ,los platos planos de 28 cms pasamos a 20 cms o plato de ensalada, de los platos para sopa
de 23 cms a pequeñas tazas de 10 cms por ende
la porciones de comida también se reducen. Pero uno no esta todo el tiempo en casa para medir porciones entonces hay algo mejor y más fácil que cargar una balanza encima, se trata de, tan tan(con redoble de tambores): nuestras manos. Ellas nos ayudan a solucionar
este pequeño inconveniente de cuál es la porción exacta que cada cual debe comer.
1. Une y abre tus
dos manos para guiarte en la cantidad de vegetales que debes comer.
2. Utiliza el enfrente de tu puño para calcular cuántos
carbohidratos (arroz, pasta, etc.) debes servirte.
3. Abre tu mano, tu palma te dirá la porción
perfecta de carne u otras alternativas
proteicas.
4. tu puño te
indica la cantidad de fruta a consumir.
5. la porción de
grasa como margarinas, mantequillas no
debe ser más grande que la punta de tu dedo índice.
También aconsejo que hay que adelgazar el ojo porque recuerden que la cantidad no significa calidad.
También aconsejo que hay que adelgazar el ojo porque recuerden que la cantidad no significa calidad.
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