lunes, 20 de enero de 2014

TUS MANOS COMO GUÍAS DE TU ALIMETACION

Muchas veces buscamos varias maneras de bajar o conservar el peso corporal pero en  el intento terminamos gastando mucho dinero en dicho propósito. Buscamos gimnasios, dietas de famosos, cremas adelgazantes, maquinas mágicas y muchas más cosas  que terminan siendo olvidadas o guardadas en los closets y cuartos de san alejo  de las casas. 

pero la verdad de todo esto  es que lo primero que hay que hacer es, como dice mi esposa, aprender a conocer su propio cuerpo;  porque recuerden que todas las contexturas físicas no  son iguales. ¿Y por qué les digo esto? Porque cuando uno va a un medico, el medico lo primero que saca es una tabla de valores estándar  para todos pero nunca miran exhaustivamente nuestras historia física o corporal .Por ejemplo mi caso el día que fui a la nutricionista; me sorprendí porque mientras esperaba el llamado del medico me di cuenta de que otras 4 personas (mujeres ) tenían el mismo horario que yo; tan es así que la cita fue en grupo y entre todos los que  llegamos a la cita sumábamos como 364 años. Yo tengo 46 y era el menor  como por 15 año de diferencia, así que  solo imagínense la edad de las otras 4 señoras. Por otro lado,  fíjense que tan bueno puede ser el concepto de un médico donde todo lo que terminaron diciéndonos a todos  fue no coma esto, ni aquello, haga ejercicios, lo mismo para todos, sin importar edad, sexo, costumbres, posibles pre-condiciones, sin indagar o realizar un estudio del estado físico de los pacientes.


Lo mismo suele suceder cuando  las personas van a un gimnasio a tratar de adelgazar sin saber mas afondo sobre el cliente; ojo usted es un cliente = dinero para ellos. 

Además recuerde que las diferentes dietas que encontramos en las revistas no se ajustan a la idiosincrasia de nuestro país puesto que nosotros no somos ni norte americanos o europeos, Nosotros no somos Natalie Portman, Anne Hathaway,angelina jolie o Brad Pitt, ni tenemos entrenadores y nutricionistas personales; escasamente pagamos la cuota de un gimnasio donde no volvemos después de la 3 clase  porque no tenemos tiempo.

Por esto  llegue a un punto: lo que uno no hace para uno pues nadie lo hará (cosa que vive recordándome mi querida consorte)   y con la firme intención de durarle  muchos años más a mi familia ya hace un tiempo comencé a cuidarme. Lo primero que se hizo fue cambiar el tamaño de los platos donde se sirven los alimentos en casa ,los platos  planos de 28 cms pasamos a 20 cms  o plato de ensalada, de los platos para sopa de 23 cms  a  pequeñas tazas de 10 cms  por ende  la porciones de comida también se reducen. Pero uno no esta todo el tiempo en casa para medir porciones entonces  hay algo mejor  y más fácil que cargar una balanza encima, se trata de, tan tan(con redoble de tambores):   nuestras manos. Ellas nos ayudan  a solucionar este pequeño inconveniente de cuál es la porción exacta que cada cual debe comer.

1. Une y abre tus dos manos para guiarte en la cantidad de vegetales que debes comer.
2. Utiliza el  enfrente de tu puño para calcular cuántos carbohidratos (arroz, pasta, etc.) debes servirte.
3. Abre tu mano, tu palma te dirá la porción perfecta de carne  u otras alternativas proteicas.
4. tu puño te indica la cantidad de fruta a consumir.
5. la porción de grasa como margarinas, mantequillas  no debe ser más grande que la punta de tu dedo índice.

También aconsejo que  hay que adelgazar el ojo  porque recuerden que la cantidad no significa calidad.

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